sábado, 23 de octubre de 2010

recordando sueños


Te pediría un abrazo, lentamente me acercaría a ti y te susurraría al oído, muy flojito, despacio, para que no pudieras pedir que repitiera lo dicho, te lo pediría suavemente, abrázame.
Estoy segura que no me negarías ese capricho, enseguida abrirías tus brazos y me los ofrecerías, tan cálidos, tan generosos. Me abrazarías dulcemente, sin pensar el porqué de mi demanda, generosamente me ofrecerías ese trozo de tu alma, ese rincón de tu corazón.

Te pediría un beso, incluso arriesgándome a romper la magia que existe entre nosotros. Sería dulce, sin prisa. Sería lento, sencillo, sin pasar por pasiones. Arriesgando la química de la mirada.

Me sobrecojo solo con el pensamiento, siento un algo indescriptible dentro del corazón cuando pienso en ti, pero cuando te veo me inunda el realismo. Te tengo incrustado en mi cabeza, las veinticuatro horas me inundas. Interpreto cualquier señal a mi conveniencia, todo me parece un te quiero.

Me secarías las lágrimas que escapan después del desconcierto, te pediría que las guardaras en el pañuelo de la magia.

Pero un adiós frío acaba con los deseos, hasta mañana o hasta dentro de un rato, seguro que aparecerás en mi pensamiento antes de que suene cualquier canción que hable de amor. El camino se hace corto, la canción se para bruscamente y vuelvo a la realidad. Soñaré con tu regreso.

2 comentarios:

chuscartes dijo...

Has aconseguit estremir-me i emocionar-me. És un text penetrant, viu, gran. D'alguna manera, la norma del desig és no complir-se perquè brilli sempre en la memòria, com un tresor ocult que llueix més enllà del seu enigma. És com jugar una rutinària partida d'escacs, on la reina sempre està amenaçada per una espasa altiva.

Cenicienta dijo...

efectivament és la màgia de l'amor platònic, el millor és que sigui essent-ho, si es materialitza acaba per no ser real, però sempre ens queda l'amargor de saber si era real o no, d'haver-ho intentat