martes, 9 de marzo de 2010

de cómo se empieza un día y se acaba

No me explico cómo puede ser que la gente influya tanto en el transcurrir de un día. Tampoco me explico cómo se puede liar un día de tal manera que en casi todos los ámbitos en los que se mueve una se tuerzan uno tras otro.
Los acontecimientos empiezan con un café no muy acertado esta mañana (eso me pasa por no usar mi super-nespresso). Me ha tocado recoger una pasta de cristales y jabón tras la rotura de la jabonera del baño, lo que me ha causado llegar 10 minutos tarde a trabajar. En el trabajo me han recibido como no podía ser de otra manera con más trabajo de lo habitual, y no contentos con eso, me adelantan que en los próximos días mis montañas de papeles se verán sepultadas por unas cuantas carpetas más.
La mañana ha transcurrido entre tecleos y sonidos de fax, y alguna que otra risa con mis compañeros, todo hay que decirlo, aunque la nube de mal rollo se iba concentrando encima de mi ordenador. La tormenta ha estallado y la marea nos ha azotado de lo lindo a casi todos en el departamento. No pasa ná, como dice una compañera, y no pasando ná.... Todo problema tiene solución, matemáticamente hablando eso es cierto, pero si hablamos de personas, ahí la cosa cambia un poco, ya veremos, son cosas que tampoco están en mi mano, y poco puedo hacer.
Salgo del trabajo dispuesta a pasar la tarde lo mejor que pueda, contenta porque ha salido el sol radiante y ZAS, un rato después una conversación inacabada me vuelve a poner de mal humor. Digo inacabada porque me he largado de ella para que no acabase en discusión, ya que mi mal día podría haber hecho saltar el cemento de la cancha. Mi tarde ha seguido, he logrado dejar mi mala leche en las gotas de sudor de un par de clases en el gimnasio, no sin antes hacerle tirar el teléfono del monitor al suelo y hacer que saltara en un par de trozos...
En fin, estas cosas pasan, mañana será diferente. Un mal día lo tiene cualquiera, pero si encima te tocan las narices...

1 comentario:

chuscartes dijo...

Hem de cercar la manera de desfer la "maraña" emocional. és complicat i no sóc el més addient per donar consells. M'he adonat que són pocs els moments en què visc profundament, d'una manera lliure, sense estar pendent del judici extern.
Darrerament intento canalitzar la meva vida cap a la direcció que vull, funcionant sempre des de la intenció.

Una abraçada!