viernes, 29 de enero de 2010

sorpresa

La Ertzaintza me ha dado una sorpresa. En realidad no ha sido tan sorpresa, ha sido como abrir un regalo que ya esperas.
Xeber veraneaba en Ibiza con su familia cada año, pasaban un mes entero, el de agosto. Íbamos a las Salinas cargados de fiambreras de tortilla, pan payés, lomo, coca-colas, patatas fritas y todo lo que llevaban las mamás para pasar el día. Salíamos a cenar todos juntos a restaurantes a los que el resto del año ni siquiera nos acercábamos. Era un mes de diversión, piscinas, playas, salidas, risas. Yo pasaba todo el año esperando que llegara agosto para que volvieran, y me consta que él también. Éramos amigos de verano.
Al inicio de un verano, yo ya era adolescente, un día llegó a la isla su padre solo, dijo que venía a cerrar unos negocios. Estuvo una semana por aquí, y marchó diciendo adiós, no era un adiós como el de cada año. Nunca dijo hasta dentro de unos meses, dijo adiós. Nunca más lo hemos vuelto a ver. Incluso dejó a su familia, que estuvo unos meses sin saber nada de él. Con el tiempo comprendimos que había venido a despedirse de nosotros. Ahora creemos que para por León. pero nunca más hemos tenido contacto con él.
Al cabo de los años, yo ya adulta, Xeber y su madre vienen a veranear a Ibiza, que ilusión, después de tanto tiempo. Fuimos a cenar, a tomar unas copas. Él se dedica a dar clases de danza típica vasca, que no se cómo se llama, lleva toda la vida haciendo de dantzari, haciendo ese salto tan característico del aurresku. Me parece una persona extraña, pero pienso que los vascos son cerrados y después de tantos años es normal que no nos conozcamos. Pero le sigo teniendo cariño, los amigos de la infancia no se olvidan porque sí. Desde aquel momento su madre sigue veraneando aquí. Él no ha vuelto.
Cada vez que en las noticias salía su pueblo relacionado con algún conflicto de la Kale Borroka o alguna detención del entorno de ETA, he pensado en él.
El pasado martes la Policía Autónoma Vasca le detuvo por pertenecer a un comando de ETA. Se le acusa de participar en el atentado con coche bomba contra la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa perpetrado en 2008. También estaría implicado en la voladura de un repetidor de televisión en Azpeitia y en un atentado contra las obras del Tren de Alta Velocidad.
Muy fuerte, conozco un etarra, es muy fuerte. Pero digo una cosa: si todo esto es cierto, y la palabra presunto se borra de sus cargos, no me sabrá ningún mal que le castiguen con la pena máxima que le corresponda, y eso sí: ÍNTEGRA.

2 comentarios:

chuscartes dijo...

Todos llevamos secretos adheridos a la ropa. Secretos que no compartimos con nadie. Secretos que nos llevamos cada noche a la cama. Ni todos los buenos son buenos, ni los malos son malos siempre. Somos seres humanos, con esas incoherencias.

Separar lo personal y emocional de lo "profesional" es difícil. Y pocas personas son capaces de hacerlo.

Sonia dijo...

Se me ponen los vellos de punta! Qué clase de gente nos rodea? Te pasas la vida intentando crearte un buen entorno, rodeandote de gente en la que poder confiar y ... ¡zas!, resulta que ese gran amigo tuyo es un perfecto desconocido.
Chuscartes, todos podemos tener en mayor o menor medida algún que otro secretillo, pero, hasta qué punto alguien es capaz de esconder una faceta tan oscura? Espero que tu secreto más oscuro sea que usas gallumbos rosas con topos de colores.