miércoles, 22 de septiembre de 2010

Un Jardín

He cogido el pomo metálico entre mis dedos, estaba caliente, señal de que tras la puerta nada bueno se escondía. Aún siento la punzante energía que me trasmitía el blanco lacado de la madera. Con los ojos cerrados la voz me ha invitado a entrar, no sin antes percibir olores y sensaciones jamás experimentadas por mi.
Ahora vas a entrar, verás un jardín, obsérvalo... el jardín como cualquier otro estaba plagado de plantas, flores, mariposas revoloteavan y me observaban a la misma vez que los pajarillos tomaban sorbitos del lago en el fondo de la imagen. Una estampa realmente primaveral, bucólica por llamarla de alguna manera que todos puedan entender. Esta imagen de veía salpicada por vacíos negros en mi mente, indescriptibles sombras que se escondían tras los pétalos de las flores y el batir de las alas de las mariposas que clavaban sus ojos sobre mi figura. Intentaba disfrutar de la imagen, se había creado para ello, pero yo quería salir, huir corriendo de ese lugar que me causaba miedo, un miedo espantoso. No lograba entender la razón, pues era simplemente un jardín muy verde.
He cerrado de golpe. He abierto los ojos. Han pasado ya varias horas y aún siento los ojos rojos de aquellas mariposas postrados en mi nuca.

2 comentarios:

chuscartes dijo...

Vaja, pensava que us ajudaria a relaxar-vos. Cercaré altres exercicis.

Cenicienta dijo...

però no és culpa teua, és el meu estat, en circunstàncies normals un jardí és un lloc meravellós on relaxar-se, encara que jo utilitzo més l'arena del desert...