lunes, 2 de noviembre de 2009
en un tiempo lejano
Viernes 30 de octubre, 8:45h despega el vuelo destino Barcelona.
Cuando hube leído todos los folletos leíbles del sobre del asiento delantero (las líneas aéreas ya no ofrecen diarios ni cacahuetes con los que pasar el rato) cerré los ojos, imaginé a los habitantes del tiempo anterior a los Wright, un tiempo en el que si no se tenía carro y mula que lo remolcase, no se podía ir muy lejos. Me intenté meter en la cabeza de alguna mujer de aquel tiempo, un tiempo en el cual el transporte no pasaba precisamente por subir a un avión y estar en el otro lado del charco en 30 minutos. Seguramente me hubiesen quemado en la hoguera cual bruja, al ver ese montón de hierro levantándose por los aires.
Escribiendo esto, recuerdo a mi abuela, que se ponía una peseta en la palma de la mano derecha para no marearse.
Si Ícaro levantase la cabeza...
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4 comentarios:
Si Ícaro levantase la cabeza decidiría cambiar de sueño...
fa molta por volar, però no per sa pujada... sinò pels vestits d'algunes "azafatas".
jajajaja... Cenicienta, crec que estam reconvertint en Jesús per la causa de la moda.
si si, ja ho he notat, des de fa un temps es fixa més...acabarà dient allò de na Coco: antes muerta que sencilla, ja ja ja
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